Mis experiencias en el «pajillódromo» (Parte I)

Cinco veces. No sé el resto de maríos cuántas llevarán, pero yo me siento ya un profesional en la materia. Con mi tarjeta de cliente VIP guardada en la cartera.

Mi primera vez fue antes de empezar en toda esta historia de la FIV, cuando a Parienta le diagnosticaron endometriosis y la ginecóloga pensó que lo mejor sería que me hiciese un seminograma, por si en el informe que prepararía para la clínica de repro tuviera que incluir también la existencia de un factor masculino – que, como sabéis, lo hubo -.

Cuando terminamos en la consulta y nos dirigíamos de vuelta a casa pues lo típico: risas tontas, comentarios absurdos… intentando quitar hierro al asunto y, nada más llegar, al más puro «estilo Parienta», a preguntarle al doctor Google qué sabía acerca de los seminogramas, en plan de hombre a hombre. Importaba poco en ese momento qué buscaban con esa prueba y qué resultados tendría que obtener. Buscaba dónde y cómo tenía que obtener «la muestra». Me imaginaba encerrado en un baño «con el tema», mientras otro marío pegaba a la puerta porque se hacía de aguas mayores.

La ginecóloga nos recomendó que, aunque el seminograma podría hacerlo en muchas clínicas, buscáramos una que contara con laboratorio de reproducción asistida, por eso de estar especializados en la materia y así obtener resultados más fiables y precisos. Tras buscar opciones según el cuadro médico de nuestra compañía decidimos que lo haría en la clínica que posteriormente nos llevaría a la FIV y, de esa forma, comprobar qué impresión nos causaba.

Busqué un buen rato. Encontré comentarios de parientas en varios foros. Todos sobre los resultados obtenidos por sus maríos: que si «concentración», «morfología», «el mío está tomando maca», «pues al mío le estoy dando X que lleva L-arginina»… Sí, muy bien, ¿pero cómo lo han hecho vuestros maríos? Id y preguntadles, ¡necesito saber! Pues nada…

Después de mucho encontré un blog de un hombre. La temática del mismo nada tenía que ver con infertilidad, ni reproducción, pero hizo un inciso para contar que en la búsqueda del bebé junto a su parienta algo fallaba y ésta, de modus propio, le mandó a hacerse la dichosa pruebecita («ídola»). Él preguntó en una clínica y escribió que le indicaron que la muestra la obtendría en el baño. Su siguiente entrada era para contar que al final consiguieron embarazo y no le hizo falta obtener su muestra… Bendita suerte (la suya y la mía, que seguía igual de perdido).

Y llegó el día: Nervios, no, lo siguiente, y eso que soy una persona tranquila y paciente, de los que no se alteran por casi . Pues ese dia no. Me acompañaba Parienta con la intención de ver qué tal la clínica. No sabía aún qué me iba a encontrar (cuando pedí cita no era plan de preguntar: – disculpe, ¿la clínica dispone de reservado para el momento o se hace en el aseo?).

Puerta de la clínica, respiro hondo y entramos. Le digo a la chica de recepción que vengo para un seminograma, me pregunta si traigo la muestra de casa, niego y me señala el camino hasta otra sala. Otra recepcionista, me da un documento para rellenar (antecedentes médicos, medicación, tiempo de abstinencia…) y me dice que espere al biólogo. Es en ese momento cuando Parienta decide esperarme fuera de la clínica. Era la «única» entre «varios» y no quería incomodar, suficiente con la sonrisa de la recepcionista al decir «adiós» a los maríos que iban abandonando el «pajillódromo», con toda su buena intención sí, pero en ese momento malinterpretada por los allí presentes.

Pues bien, breve entrevista con el biólogo, le explico lo que me lleva hasta allí, me pregunta todo lo que acababa de escribir – se ve que prefiere esperar a que salga la película a leerse el libro – y coge un frasco de un cajón y empieza a ponerle mi nombre por todos lados, tapa incluida, «Marío» everywhere. Me lo da y me abre la puerta del p̶a̶r̶a̶í̶s̶o̶ s̶o̶ñ̶a̶d̶o̶ d̶e̶ t̶o̶d̶o̶ q̶u̶i̶n̶c̶e̶a̶ñ̶e̶r̶o̶ «pajillódromo»: una pequeña habitación con una luz muy tenue, aspecto futurista, detalles cromados, un sillón, un revistero bien cargadito, un orinal, un lavabo y un ¿espejo? El biólogo me señala un hueco en la pared con un cajón donde debo depositar la muestra, aclaro, el bote con la muestra – no vayamos a confundir a algún marío y la líe pero bien – y pulsar el timbre.

Dichoso timbre. En la clínica existen dos «pajillódromos» contiguos. Si la presión del «momento» fuera poca, imaginad la «competición» cuando entramos dos maríos a la vez, a ver quién toca el timbre primero, pasando la «patata caliente» al otro. De mis cinco experiencias cuatro han sido «casi simultáneas» con otros maríos, dos victorias, una derrota y un empate – los dos aceptamos ese empate tras consultar con el biólogo y no saber determinar éste quién pulsó primero –. De las victorias destacar la primera: lo que yo pensaba que era un espejo no era tal, sino una televisión un tanto moderna, en color cromado para no perder la línea del conjunto del habitáculo (apedreadme). No tenía botones porque en el «pajillódromo» existe la norma no escrita de «no toques nada». El lavabo, acercas la mano y sale agua; el orinal, acaba el pis y sale un chorrazo automático que se lo lleva… Así que había jugado con desventaja de medios y, aún así, gané. Supe que se trataba de una tele en mi segunda «experiencia», cuando entré tras la invitación de una bióloga que mientras me hablaba le daba la espalda en todo momento. Se retiró un poco y ya no pude mirarle a los ojos. Me pilló por sorpresa, no lo esperaba. Ella señalando el «cajoncito» de la muestra y yo viendo «el panorama». Incomodidad.

Respecto a la película: Sin sonido (lógico). Escena de barquito con marinera y marinero «navegando». Muy exagerado todo y demasiado profesional para mi gusto más amateur. Para un rato suficiente, para cinco veces, muy cansoso; pienso que la clínica ingresa lo suficiente para adquirir un repertorio más amplio… Menos mal que en el «pajillódromo» se pilla la WIFI gratis de la clínica con tres rayitas 😉


Y fin de la Parte I. El tema «pajillódromo», como comenté hace tiempo, da para libro y si incluyéramos las experiencias de más maríos, para coleccionable de Planeta DeAgostini, y no os quiero aburrir ni hacer perder más el tiempo. Espero que con este trocito vayáis entendiendo cómo son los aproximadamente 15 minutos que pasamos en el cuarto oscuro, que por muchos nervios y agobio, todo queda en eso, incomparable con lo que vosotras sufrís en esta batalla.

Próxima entrada, prontito. Nos leemos #infertilpandy!

30 comentarios

  1. Mamaalcuadrado · · Responder

    Madre mía si las «salitas» en cuestión hablasen!! Que de historias habrán pasado por allí!!! 😂😂 pero desde luego el pajillodromo es mucho mejor que un baño!! Nosotros en el último intento mi chico se lo hizo en el baño de la habitación mientras a mi me hacían la extracción de ovocitos. Me dijo que buah que horrible, que mejor en la sala, que le había costado un montón y que de ahí no saldría nada bueno. Estaba súper decepcionado consigo mismo!! Pero no lo debió de hacer tan mal porque de ahí salieron Guille y Nico!! 😂😂

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    1. El pajillódromo te da la seguridad de que nadie va a entrar; él, sin embargo en la habitación, debería estar con la incertidumbre de si todos sabían que él estaba ahí, o algún despistado abriría la puerta en cualquier momento.
      A lo de la decepción me uno. Cuando ves la muestra en el botecito te preguntas: ¿cuatro días de abstinencia para este poquito? ¿dónde ha quedado el resto? Además de que al contacto con el plástico cambia de textura y demás… te marchas muy preocupado.
      Me alegro un montón de que esa que comentas en concreto fuera la buena para vosotros 😉
      Un abrazo y saludos para él también!

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  2. Pobrecikos! Al mio la primera vez le tocó un baño marrón muy feo y sucio en un centro de analíticas… Para la Fiv en clínica ya paso al pajillodromo!

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    1. Pues de una a otra alucinaría, jajajaja! Seguro que tras su experiencia en el cutre-baño en el pajillódromo hasta disfrutó de la peli, jajajaja.
      Saludos para los dos!

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  3. Mi maridin lleva 3, una de ellas en baño del hospital, y si todo va bien, como mínimo le va a tocar una cuarta.

    La verdad es que en la del baño lo pasó mal porque me dijo que estaba más pendiente de que alguien pudiera entrar que de la faena, pobrecito mio.

    Otra de las veces llevo desde casa la muestra, y lo malo de esto es que como vivas un poco alejado y más en una ciudad grande, vas con la presión del tráfico.

    Y la tercera fue en sala, pero la verdad, no me dijo si utilizo alguna ayuda, tipo peli o revista, y como no se siente muy cómodo con la situación, tampoco le pregunte……el pobre me dice en plan de broma que tiene complejo de vaca lechera, que le están exprimiendo jajajajaja, y yo le digo quiero su oro blanco jajajajajaja, en fin bromillas para quitarle hierro al asunto.

    Gracias por compartir este momento con nosotras y espero que no tengas que volver muchas veces mas a la salita. Me he partido de risa con lo de las 3 rayitas del wifi jajajajaja, que salao 😂

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    1. Jajajajajajaja, qué bueno lo de «oro blanco». Estoy en el trabajo y riéndome aquí sólo. En cuanto acabe pienso llamar a Parienta y preguntarle si quiere «oro blanco», a ver dónde me manda, jajajajaja.
      A mi como mínimo me queda una más (ojalá la última). En la primera, como no sabía a lo que me enfrentaba, valoramos la posibilidad de sacar un hotel cerca de la clínica, finalmente no lo hicimos y eso que nos ahorramos.
      Las bromas entre la pareja, bien, pero a mi, en la última, cuando el biólogo me abrió la puerta del pajillódromo va y me dice: «disfrute de la película»… Menos mal que ya soy experimentado en la materia, porque eso me lo dice en la primera y no sé yo que hubiera pasado.
      Y lo del wifi es muy cierto… Cada vez que vamos a consulta se me conecta automáticamente a la red, jajajajaja (de consultar el Facebook mientras llega nuestro turno 😉 )

      Saludos pareja!

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  4. Ay madre lo que me he podido reir contigo e imaginando a mi «mario» (que justo lleva las mismas 5 experiencias) desde ya fan de tu blog y del «pajillódromo» y un ole por tener a un hombre entre nuestras filas de la #infertilpandy, del tirón me puesto al día con vuestro relato y x aquí me quedo a seguiros….mucha suerte pareja

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    1. Muchas gracias, por el comentario, por seguir el blog y, por supuesto, por la suerte, tan ansiada por estos lares!
      En cuanto a la #infertilpandy, acepté la invitación en cuanto se me propuso, sin saber que me iba a encontrar y sólo conocida por referencias de Parienta. Ahora que llevo unos días, todo son buenas palabras, abrumado por la acogida y la cantidad de buena gente que hay… una pena no haberos conocido antes!
      Un abrazo.

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  5. Jajaja considerarse afortunado, en mi hospital es un baño con una silla. FIN. Y gracias que tiene llave al menos…

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    1. Pues el tener silla y llave también es una suerte después de lo que me han comentado en twitter que hay por ahí…

      Saludos!

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  6. Cómo me podido reír jejejejejeje Pues la verdad que el mio estaba super nervioso, encima se la tuvo que hacer a las 7 de la mañana, que según sus palabras: ¡¡a mi a esas horas no me apetece masturbarme!! Él se la hizo en casa, me pidió que no saliera de la habitación hasta que hubiera terminado y encima se fue al baño más lejano de la casa, le costó una eternidad y no se quedó satisfecho ejejejjeje No sabía que existían clínicas de este tipo con salas para eso como en las pelís jejejejejeje que subreal todo. Me ha encantado lo de la competición, os falta competir en chillidos, yo he chillado más jejejejejejeje 😛

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    1. jajajaja osea, que estamos discutiendo en twitter el tema de que en algunas clínicas dejan entrar a las mujeres y vosotros, en casa, cada uno una punta???? qué bueno!
      Yo tampoco sabía de su existencia, pero se agradece que estén ahí… un lugar apartadito de la clínica y los hombres ahí aguardando su turno.
      En cuanto a los chillidos…. el momento no da para eso… bastante que «sale la muestra». Además, el hilo musical de la clínica llega hasta el pajillódromo y ayuda a no escuchar al vecino.

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      1. jejejejejeje, si hijo si, no quiso que le ayudase, quería su intimidad y aun así le costó que saliese la muestra como tu dices jejejejeje. Bueno con hilo musical, con tele, revistas y todo que maravilla 😛

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  7. Jajajajajajajajaa me he reído un montón! A Señor Rubio todavía no le ha tocado pasar por la experiencia, pero por lo que veo da para mas de una historia!! Deseando leer la parte dos!!

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    1. Muchas gracias!!!! Y espero que le sirva de ayuda si algún día tiene que pasar por él.
      Un abrazo!

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  8. Buenísimo! Ja ja! Se lo he leído a mi «marío» y nos hemos reído un montón recordando aquella vez que él sacó la muestra en parking … buff! Y todo para que fuera la muestra lo más fresca posible. Ahora nos reímos pero… ja ja! Deseando leer la segunda parte!

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    1. jajaja en el parking? para que alguien hubiera llamado a la policía diciendo que había un tío «tocándose» en su coche…. qué de historias que hay de esto.
      Un abrazo!

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      1. Ja ja! Siii! Yo también lo pensé. …pero mira con que llegara fresca la muestra… Menos mal q los cristales son tintados y no se veía nada si no…ja, ja.

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      2. La frescura lo primero, llevas razón jajajaja

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  9. Que bueno! Nos hemos reido un rao mi marío y yo! Al mio le ha tocado de todo; desde la «tranquildad» de casa, el baño publico del hospital (con toda la presión), el baño más privado pero chungo al lado de quirofano y en la habitacion de mi ultima puncion. Todavia no ha tenido la suerte de tener un «pajillodromo» como tal… jajaja. Pondre una queja en mi clinica de reproduccion actual exigiendolo! Muy bueno!

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    1. Por supuesto!! Pajillódromos para todos! A ver si para la siguiente tomo unas fotos para ilustraros más aún de cómo es por dentro.

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  10. Mejor explicado, imposible.
    Si el mío ya decía que lo pasaba mal en casa (el día de la transfer un poco más y no lo consigue) por la presión del momento, no quiero ni imaginar el tener que hacerlo allí, o en water (como contó una compi de la #infertilpandy).
    Me parece genial poder leer opiniones y sensaciones de la otra parte de esta batalla.
    Sigue contándonos!

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    1. Muchas gracias y por supuesto que seguiré contando. Totalmente de acuerdo que el día de la punción se le suma esa presión extra.
      Un abrazo y nos leemos.

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  11. Me ha encantado el humor con el que has tratado este tema, la verdad. Espero que pronto podáis llevar a buen puerto vuestro sueño!! Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Oscar. Las risas son ahora, en el momento menudo bajón que entra.
      Gracias también por tus buenos deseos, ojalá la siguiente sea la nuestra.
      Un abrazo y nos leemos!

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  12. Ya sabes que nos encantó la lectura de este post, sobre todo cuando después de leerlo nos metieron a los 2 en el pajilllódromo.
    Debe ser inquietante lo del timbre, jajajja.

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    1. El timbre resultó inquietante la primera vez, luego uno, que es muuuu malo, le pilla el gustillo… para inquietar al vecino, jejejeje.

      Saludos!

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      1. Jejejej, qué sinvergüenza!! metiendo presión, jijjijij.

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  13. Acabamos de volver de vacaciones y he venido rauda y veloz a leer este post. Nosotros tenemos nuestra primera experiencia este viernes, por la Seguridad Social y creo que con tarrito comprado antes. O eso es lo que vamos a hacer por si las moscas…..pero la muestra la recogerá Nene en el famoso pajillodromo…..Voy a leer la segunda parte!

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  14. […] casa, tranquilamente y sin presiones. O bien directamente en la clínica o en el hospital, lo que el Marío llama pajillódromo, y que suele ser lo más habitual para olvidarse de las presiones por si no se […]

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